martes, 6 de abril de 2010

Los Beneficios de la Libertad


El hecho de que un animal pueda deambular libremente no es algo muy común hoy en día en las zonas urbanizadas. Pero en las zonas serranas aún se observan perros y gatos circulando libremente por as calles. Lamentablemente la gran mayoría de las mascotas deben permanecer encerradas la mayor parte de su tiempo de vida. Entonces la pregunta sería: queremos a nuestras mascotas? "Claro que si!" será la respuesta masiva. Pero en realidad cuando yo quiero a alguien trato de que por todos los medios sea feliz. Y la verdad es que no estoy muy convencido de que querer a nuestras mascotas sea mantenerlos encerrados. "Lo saco a pasear" me podés decir, pero... cuanto, media hora... una hora por día? Imaginate un ser humano que lo sacan a pasear una hora por día. No le puedo llamar a eso "libertad".

La libertad que tiene Tato (nuestro gato) es admirable ya que ni los humanos tenemos esa libertad. Se va cuando quiere, vuelve cuando quiere y tiene un plato de comida y cualquier cama de la casa para dormir cuanto quiera. Eso es vida!

El tema es que Django (en honor a "Django no perdona") y Ana, nuestros perros, han gozado hasta hace muy poco de esa libertad. Hoy por una cuestion de edad y para que otros perros no les hagan daño, los hemos tenido que mantener dentro. Pero durante los 12 años de Django y los 10 de Ana, han sido libres de deambular por el barrio y esto hizo de ellos, animales absolutamente buenos (principalmente Django, a quien propondremos para ser canonizado como santo) y hoy por hoy, podemos en nuestra familia, estar tranquilos de que ellos, dusfrutaron de la libertad, tanto como nosotros.

Algunas veces esto nos trajo inconvenientes con gente que se los quizo robar (cuando Django era cachorro uno que pasaba por la calle le puso una cadena y se lo llevó!, menos mal que Gaby lo vió a tiempo); y a veces las tormentas o los fuegos artificiales los asustaban y terminabamos buscándolos por todos lados hasta encontrarlos. En esto Django siempre fue más sensible y asustadizo y teníamos que atarlo un rato. En una oportunidad alguien lo ató dentro de su casa (aclaro que Django, como pueden ver en la foto, era un Ovejero Alemán de gran porte) y tuvimos que hacer una movida en todo el pueblo con afiches, autoparlante, recompensa, etc. Al final lo encontramos atado dentro de un rancho en un desarmadero de autos en una villa. 10 días estuvo atado, se había hecho un perro malo y nadie podía acercársele, ni siquiera el infeliz que lo había atado, pero cuando escuchó mi silbido su cara se transformó y me salto encima a puro lenguetazo.

Hoy nos toca despedirnos y le rendimos honores a Django, por su bondad, su compañerismo, su espíritu de libertad y le deseamos que descanse en paz tras haber disfrutado de una vida libre y en familia. Salud amigo! Te vamos a extrañar.

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